Dr. Feelgood de Benefit

Hola chicas!!! Por fin viernes!!!

Hoy tenía pensado hablaros de una marca de maquillaje que utiliza ingredientes naturales, libre de parabenos y siliconas, que descubrí hace poco, pero lo dejaré para la siguiente entrada y hoy dedicaré este post a contaros mi experiencia con uno de lo productos más vendidos de la marca americana Benefit.

Hace unos días, leía en el blog de Calipso su opinión sobre Dr. Feelgood. Pues yo si os soy sincera ni me acordaba ya que tenía la dichosa latita perdida en algún cajón. Y es que a la mayoría de las chicas este producto les encanta pero parece ser que mi piel y yo somos las únicas a las que el remedio del famoso doctor no ha surtido efecto.

Dr. Feelgood fue uno de los primeros productos de Benefit que me compré. Había oído hablar mucho y muy bien de este producto que hacía maravillas, que dejaba la piel increíblemente lisa y aterciopelada, que afinaba las líneas de expesión, que borraba como por arte de magia los signos del cansancio, y sobre todo que estaba indicado especialmente para pieles grasas, según las palabras de la chica en el stand de Benefit en Sephora. Pues el producto perfecto, pensé yo. Y aunque cuando lo vi y lo toqué no me convenció mucho su textura, en el sentido de que no la veía muy adecuada para una piel grasa, (la mía es mixta, pero grasa justo en la zona donde surte mayor efecto este producto), al probarlo me encantó el efecto sobre mi cara, así que sin pensármelo dos veces me llevé a casa la latita que contenía el remedio del "doctor sentirse bien" por el módico precio de unos 30€, si no me falla la memoria.

Os cuento, Dr. Feelgood es un bálsamo, enriquecido con vitaminas A, C, y E que se presenta en una latita que contiene 24 gramos del producto que tiene una consistencia parecida a una manteca, incoloro y con un ligero olor a limón. Viene con una esponjita blanca para poder aplicarlo. Junto con la latita, en la caja de cartón en la que se vende Dr. Feelgood viene el prospecto del producto en el que nos lo describen como "un refinador invisible que disminuye la apariencia de las líneas de cansancio, deja la piel sedosa y ligeramente aterciopelada y con un tacto impecable".

Hasta aquí todo bien, además, a priori me parecío que sí cumple con lo que promete ya que como os comenté antes de comprarlo, la chica de Benefit me hizo una demo aplicándomelo en mi propia cara. Me veía la cara totalmente lisa, sin poros dilatados y con un aspecto fresco y sedoso. El problema vino cuando al llegar a casa y mirarme al espejo me di cuenta que tenía toda la cara llena de brillos, algo así como si me hubiera untado el rostro con aceite. Un horror y sólo habían pasado unas horas después de que en Sephora me habían aplicado el milagroso producto. Además notaba la piel como cargada. No di demasiada importancia a este hecho porque había estado yendo y viniendo toda la mañana y además no llevaba ni hidrantante matificante, como de costumbre. Y aunque el producto se puede utilizar sólo, sin base de maquillaje, pensé que no era lo más indicado para mi tipo de piel y que no me sacaría tantos brillos si me pongo mi maquillaje y los polvos, pero...

Para empezar, cuando me apliqué por primera vez el producto, me di cuenta de que cuesta mucho, era como una cera dura que tenía que apretar un montón para que se quede suficiente producto sobre la esponja y poder extendérmelo por la cara. Incluso se me ocurrió frotar entre las manos durante unos minutos la latita a ver si se ablandaba un poco. Evidentemente, no conseguí nada, pero bueno, con un poco de paciencia todo se consigue. Y para que no me pase como la otra vez, primero me apliqué mi hidratante, después el Dr. Feelgood, la base de maquillaje y acabé con un poco de polvos sueltos. Hay que reconocer que nada más puesto, queda genial, no se me nota ningún porito, la piel queda lisa como un espejo. En fin, una maravilla! Pero a las pocas horas volvieron los tan odiosos brillos. Bueno, pensé que a lo mejor había aplicado demasiado producto en mi afán de coger producto con la esponja. Cambié de táctica. La siguiente vez me lo apliqué con los dedos porque así controlo mejor el producto que cojo. Pues, el resultado pasadas unas horas fue el mismo, brillos y más brillos.

Me da mucha rabia, porque nada más aplicado el producto sí cumple con lo que promete, pero parece ser que para mi piel resulta graso, pesado y el efecto no me dura nada. A lo mejor para pieles normales o secas iría bien, pero por la textura que tiene no lo considero muy adecuado para pieles grasas y mixtas. De hecho, le pregunté a la chica de Benefit si para mi tipo de piel no era mejor That Gal, pero muy convencida ella, me dijo que sin duda alguna Dr. Feelgood era mi producto.

Chicas, lo he probado con distintas bases de maquillaje, aplicármelo antes o después de la base y no hay manera de que el aspecto empolvado que deja al principio me dure más de unas dos horas. Además otra cosa que me resulta muy desagradable que no sé si me pasa sólo a mí es que si me toco la cara el maquillaje se corre, no sé cómo explicárlo, y si me he aplicado colorete, aún peor, porque se me corre por toda la cara, no sé, como si se resbalara todo el maquillaje que llevo encima del Dr. Feelgood, una cosa un poco rara y me resulta bastante desagradable, porque cada vez que me toco la cara tengo que retocarme el maquillaje.

A día de hoy, depués de haberlo intentado casi todo, apenas utilizo el Dr. Feelgood. Me lo pongo en ocasiones esporádicas en las que sé fijo que no voy a estar mucho tiempo fuera casa.

En definitiva, no creo que vuelva a comprar este producto. Me resulta difícil aplicármelo, no me dura nada el efecto de piel uniforme y mate, además por el precio que tiene echo en falta que lleve un espejito, la lata es mona, pero no me parece uno envase muy práctico para algo que tienes que aplicarte por toda la cara.

En fin, cada piel es un mundo, y lo que no me va bien a mí, seguramente a otras personas les sienta de maravilla y viceversa.

Qué tengáis buen fin de semana. Besitos y gracias por leerme!