La influencia de la luz sobre la apariencia del maquillaje

Hola chicas!

Siento mucho no haber actualizado esta semana, pero he estado liada con mil historias y llegaba a casa hecha polvo. De todas formas he intentado por lo menos estar al día con vuestros blogs.

Pues bien, en la entrada de hoy os voy a comentar algunos aspectos importantes sobre la influencia de la luz sobre el maquillaje. Y es que a veces, aunque nos hayamos maquillado perfectamente nuestra tez puede verse apagada o los colores que nos hayamos aplicados parecer mucho más intensos y viceversa.

Empezamos con la luz natural: es la que pone más en evidencia los colores y la textura de los cosméticos aplicados, por tanto si nos hemos equivocado, por ejemplo, con el color de la base de maquillaje y hemos utilizado un toco más oscuro, en luz natural este error será aún más evidente. Por otro lado, y precisamente por esta característica suya, la luz natural es la más recomendable para maquillarse, ya que los colores y la intensidad con la que los aplicamos serán siempre más que fiables.

No obstante, hay que tener en cuenta que la luz natural cambia a lo largo día. Por ejemplo, la luz del atardecer resulta más dorada o amarilla frente la luz diurna que resulta más azulada. Y también no es lo mismo la luz en un día despejado y sin nubes que en un día nublado, en el cual la luz se vuelve más azulada.

Dentro de la luz artificial podemos distinguir entre la luz incandescente y la luz fluorescente.

La luz incandescente (la aportada por las bombillas de filamento, las de toda la vida, vamos) dependiendo de su intensidad podría tener un efecto más o menos activo sobre los colores del maquillaje afectándoles del siguiente modo: suaviza los tonos cálidos, anaranjados, dorados y tostados y acentúa los tonos fríos (azules, violetas, lilas, etc.). Por esto si nos maquillamos bajo una luz incandescente es muy fácil que exista algún desajuste entre el color que hemos pretendido conseguir y el que realmente hemos obtenido.

La luz fluorescente es un tipo de iluminación con el que tenemos que tener especialmente cuidado porque verdaderamente actúa sobre los colores variándolos y haciendo que cambie su aspecto. Este tipo de luz apaga la coloración de la piel y hace que los tonos fríos tiendan a volverse violáceos, en otras palabras los enfría aún más. Incluso un rojo vivo, bajo este tipo de luz puede parecer más bien fucsia o frambuesa. En definitiva, es un tipo de luz que tiende a “azular” los colores, por lo que puede resultar bastante engañosa.

De ahí lo importante que resulta elegir bien el tipo de luz a la hora de maquillarnos. Es algo que tenemos que tener siempre presente si no queremos que nuestro maquillaje se vea muy cambiado visto en luz natural.

Espero que os haya parecido interesante esta información.

Gracias por leerme y comentar y hasta la próxima!